En
la aldea dicen que Julia jamás acudió a la cita con José. No se sabe nada de
ella. Todos se preguntan a dónde fue, por qué no llegó a la iglesia. En el bar
que mira a la capilla él aún la espera, mientras, se le enfría el café y la
cuchara se marea de tanto dar vueltas. Sus ojos se pierden en la vereda de
enfrente, deseando encontrar aquellos ojos verdes, pero Julia no aparece. Hay
algo en su mirada perdida que atrae a quienes entran y salen, quizá su amor
perenne o su esperanza que desfallece. Sus piernas se enredan en la silla
aferrándose a la idea de que pronto llegará ella. Con su mano izquierda,
acaricia la figura que imagina en la vidriera. Es Julia, su dulce Julia, su
anhelada compañera, su musa y su hechicera. Es ella, la dueña de su angustia y
de su ausencia.
José
observa la pared; el tiempo se escabulle entre finas agujas y teme que consiga
desaparecer. Fantasea que por esa puerta de madera ingresará ella, vestida de
blanco, con su melena suelta. Pero Julia se ha llevado hasta sus huellas, no
hay rastros de su existencia. Una ráfaga de viento arrastra las últimas hojas
que quedaron del otoño y grandes nubes descargan un chaparrón inesperado sobre
la tierra seca. José aún la espera. La madrugada se acerca y su confusión no lo
deja; no puede creer que ella no esté, sus pensamientos niegan aquella idea.
El
bar está por cerrar; una persona lo acompaña hasta la puerta. Él recoge la
chaqueta de su smoking, que languidece sobre la mesa, y se marcha arrastrando
sus sueños, como quien acarrea una maleta que pesa. Del cielo se desprenden
gotas de lluvia, alfileres fríos que atraviesan su alma desnuda. Sus ojos
sudan, el aroma de la tormenta humedece hasta sus venas y él camina por la
acera, empapando su tristeza. Es Julia, su oculta Julia; el rostro que sus ojos
perfilan en la luna. José se aleja y piensa en ella, su única estrella, su
promesa y su quimera.
Nadie jamás pudo
verla, sólo él conoce cada detalle de su belleza. En la aldea dicen que Julia
nunca apareció. No se sabe nada de ella. Todos se preguntan quién era.
Obra premiada por la Editorial Dunken, seleccionada para formar parte de la antología de cuentos "Caronte".
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